Sin rebuscar en el bolso buscando el móvil. Sin contraseñas que interrumpan la concentración. Solo tú, moviéndote por el mundo con más ligereza, más rapidez, con mayor autenticidad. Las reuniones se transforman en sesiones de meditación con un simple gesto. Los trayectos se convierten en coreografías donde cada billete de tren y cada lista de reproducción se someten a tu silenciosa voluntad.